miércoles, 17 de noviembre de 2010

Tercer día, tercera semana, y ahora... ¿qué? ¿eh?

Yo sé lo que es la vida convulsa, sé lo que es perderse sin mapas, sin nadie que espere al final del camino; yo sé cómo saben la derrota y la carencia, el exceso, el abuso, la nostalgia. Conozco el tacto áspero del abandono y también el del engaño, sé lamerme las heridas arrinconada en la cuneta; nunca olvido el precio de un gesto aparentemente cordial. Yo sé tragarme el orgullo con hiel y puedo andar con el peso de una breve infancia a cuestas, yo no quise olvidar ni aprender a la fuerza. Yo sé que pesa el pasado y la sangre duele, que invitan las carreteras; yo sé que el futuro no espera y se me da muy mal complacer. Yo elegí mi vida cuando sólo quedaba un camino, cuando al otro lado se desmoronaba el mundo; eché a volar pensando que habría billetes de vuelta pero se fueron temprano. Quemaron las naves, tiraron las llaves; se olvidaron de preguntarme.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Báilame el agua.

" [...] porque tengo más deudas con su espalda
de las que nadie tendrá jamás con la luna."


Porque tú y yo inventamos
recuerdos que merecen futuro
porque tú y yo sabemos
que nos debíamos una
aún sin encontrarnos.

Ahora arrasamos las estaciones
y nos perdemos en diálogos absurdos
incomodamos al mundo
con una sonrisa idiota
y olvidamos las fotos
los relojes el calendario
deshacemos los deberes
dormimos poco y escribimos con abuso
pero no nos sentimos culpables.

Ahora le echamos un pulso al pasado
lo tildamos de rancio, de obsceno
castigamos los deslices mano a mano
compartimos momentos imprudentes
y pagamos por adelantado la fianza
de un futuro de maleta y carretera
vivimos a caballo entre mañana y esta noche
sabiendo que la vida irá con prisa
rogando que se olvide de arrastrarnos.

Porque tú y yo descartamos
los dogmas "autoimpuestos"
porque tú y yo quisimos
en el momento justo
empezar a ser nosotros.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Yo también sé jugarme la boca, qué te voy a contar.

La capacidad de sorprenderse cada día, de que nos sorprendan; para bien o para mal y, a menudo, para ambas. Ésa es la chispa de la vida, el único modo, a mi entender, de evolución. Y evolucionar duele porque es crecer, es sentir que te estiras hasta más no poder y no es bastante; crecer es adaptarse y tragarse muchas cosas, es decepcionarse, aprender, olvidar. Crecer es tener miedo y estar a punto de claudicar, crecer es asumir que nos van a engañar, a desgastar, que nos van a indignar, a herir y a incomodar, que nos van a golpear pero nunca a derribar.


Nunca :)

"¿De qué voy a lamentarme?
Fluye la sangre en mis venas,
cada día al despertarme
me gusta resucitar.
A quien quiera acompañarme
le cambio versos por penas,
bajo los puentes del Sena
de los que pierden el norte
se duerme sin pasaporte
y está mal visto llorar".

Cuando me hablan del destino - Joaquín Sabina

¿A que no sabes dónde he vuelto hoy?

Tú me lo dijiste, siempre fuimos satélites de amplia trayectoria; y quizá eso explique muchas cosas. Hoy te he visto, te he visto en otro cuerpo, en otra cara, en otra vida que se dejaba dibujar recién salido el sol. Hoy te he visto en un cuerpo que no pensaba como el tuyo pero sí se mostraba parecido y me ha dolido la certeza de los años luz que, ahora sí, como satélites nos separan. Y me ha lastimado en la boca el sabor de la risa que compartimos, de las mañanas que aniquilamos a bordo de un ascensor suicida. Me ha escocido la herida del pasado una vez más, la cobardía de las palabras en silencio, las carreteras que no pudimos salvar. Me ha perseguido hasta alcanzarme el recuerdo de personas sin etiqueta, de corazones abiertos a todo, de manos dispuestas a jugársela. Y me han pesado, sobre todo, los doscientos ochenta y cuatro días que te debo y que sé que no voy a pagarte.

"Allí donde solíamos gritar, diez años antes de este ahora sin edad".

Allí donde solíamos gritar - Love of Lesbian


Tu sitio no estaba donde dormía tu cabeza cada día.
Nos comprendimos, eso es algo que aún no comprendo.

martes, 2 de noviembre de 2010

Qué vaivén entre alarde y agonía, todo lo confundía.

"Cuando aprendí a tragar fuego el circo ya se había ido de Albacete a Nueva York...

La vida sabe bien, sabe a noviembre, la vida sabe al mes y pico que queda para las próximas vacaciones. Y yo ya no sé si un mes y pico es mucho tiempo o es quizá demasiado poco, porque perdí esa capacidad antes tan mía de saber a ciencia cierta qué y quién me espera al bajar de cada autobús. Y porque yo ya no sé a quién tengo que echar de menos ni cuándo y esté donde esté siempre me falta una palabra, una caricia, un abrazo en el momento justo. Así que, cada día, cuando llega la hora de hacer inventario, recurro a ese roce que vive dentro de mí y me pierdo en el recuerdo de hace horas o de hace años. Y sí, claro, cómo no, extraño muchas cosas, extraño mi casa, a mi familia, extraño una noche de marzo que marcó y otra de agosto, extraño el verano y el tedio, la alienación que nos auto-impusimos, extraño la locura de los días, los compañeros de otros viajes que ya llegaron a puerto, el frío invierno de quién no sabe adónde ir, extraño sufrirte un poco los domingos, jugar por jugar, beber y confesar otra idiotez, extraño miraros y saber que me entendéis, discutir por alguna chorrada, tener ganas de mataros un mal día. Extraño ese mundo que sigue siendo mío, ése al que acudo sin la máscara de diario; que no quiere decir sin ninguna. Extraño sólo atisbar de lejos el excéntrico presente pero amo la esencia inagotable de estos días.

[...] ...el hombre bala se enfada, su pólvora está empapada de tanto decir adiós".