martes, 11 de marzo de 2014

Adónde iba cuando desperté y no me encontré solo.

Como si apenas hubieran transcurrido unas semanas:
veo pasar las primeras risas, los amigos,
aquellas cervezas que compartimos en un parque
repasando de memoria la primera declinación.
Pasan despacio los que un día se fueron
como si quisiera aprovechar al máximo su compañía.
Y me olvido de los que se quedaron porque no se atrevieron a elegir.
Se me antoja concentrar en una tarde
todas las tartas de chocolate hechas a destiempo,
todas las velas derretidas, todas las fotos,
todos los te llamaré, algún te amaré suicida.
Y me parece que en una sola noche
volvimos de madrugada a todas las casas
que han sido mi casa estos años.
¿No fue aquel día en que vibramos delante de un escenario
el mismo que ese otro de museo, Retiro y autobús?
Cuántas veces, inocente, creí
que más de cuarenta meses separaban
aquel inocuo septiembre de esta primavera precoz y merecida.

Ay el tiempo! Ya todo se comprende.