miércoles, 27 de octubre de 2010

Cuando aprieta el frío, cuando nada es mío, cuando el mundo es sórdido y ajeno.

Un mes que sabe a más de cuatro semanas, la vida a intensidad superlativa, los mejores años, los miedos más profundos, la nostalgia, la necesidad, la indefensión, los clavos ardiendo, los aciertos, los abrazos, la risa, los madrugones, el adiós a los cimientos, el ir y venir de los motivos, el vaivén de los principios, las alitas con pelos, las clases de los jueves, las noches, las caras de los viernes, lo ambiguo del sábado, la tarde del domingo, el desorden de los lunes, la línea 3, el saberse parte de, los que son ya indispensables, la hoja de firmas, coño; los días malos, las peras, el café, lo que aprendemos, lo que olvidamos, lo que recordamos a diario, las lágrimas que sujetamos (o no), las reuniones urgentes, el camino, las apuestas a la hora de comer, la promesa de centrarse, los besos de buenas noches.
"Prepararé un canuto bien cargado en tu honor, la llave está en la puerta, cuarto setenta y dos. Hotel, dulce hotel. Hogar, triste hogar. Estatuas de sal, habitación con vistas a tu piel".
Hotel, dulce hotel - Joaquín Sabina
Os quiero.
Y sí, esta cosa pequeña es influencia directa de la B6 ;)

2 comentarios:

  1. Buahh me encanta el texto,lo voy a publicar en el tablón a tu nombre un día de éstos...se me caen las lágrimas al leerlo,ahora que os habéis ido me entran unas ganas enormes de llorar.
    Te quiero,mucho...

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  2. Impresionante, creo que no lo habría podido describir mejor.
    "el saberse parte de, los que son ya indispensables"
    Gracias por ser imprescindible en mi vida

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